08 mayo, 2015

DAREDEVIL: El hombre sin miedo



 

Existen personajes que esperan por un autor, una voz que los defina. Los X-Men esperaban a Chris Claremont, Swamp Thing por Alan Moore, Animal Man y Doom Patrol por Grant Morrison, y Daredevil esperaba por Frank Miller.

            La etapa de Miller es referente obligado no sólo del comic de superhéroes sino de la narrativa gráfica en general. Comenzando por sus encuadres, diseños de página y secuencias cinematográficas, así como el tratamiento de la historia, y el uso adecuado de los personajes secundarios como punto primordial para revestir a los protagónicos. El Daredevil de Miller se desenvuelve en una Nueva York decadente y sórdida, con problemas de pandillas y drogadicción, crimen organizado y servidores públicos corruptos. Además introduce a los ninjas de la Mano, organización criminal japonesa emparentada con los Yakuza; también aparece la guerrera ninja y femme fatale, Elektra, y el mentor ciego de Matt, Stick, ambos creaciones originales de Miller, que además redefine al Kingpin como un villano de mayor alcance (algo así como el hombre detrás de la cortina), y a Bullseye lo convierte en la némesis del hombre sin miedo.

 
 
            Posteriormente nuestro autor retomaría al personaje que le diera notoriedad y fama. En Daredevil: Born Again (con David Mazzuchelli en los lápices), números 227-233, del año 1986, Kingpin descubre que Murdock y Daredevil son la misma persona; Miller lleva a nuestro héroe al borde de la muerte, para finalmente sacarlo avante y recuperar al amor de su vida: Karen Page. Para muchos Born Again es la historia definitiva del justiciero de Hell´s Kitchen. También del año 86 es la novela gráfica Daredevil: Love and War (dibujada por Bill Sienkiewicz), cuya trama se centra en el amor que Wilson Fisk, el Kingpin de Nueva York, le profesa a su esposa Vanessa, y que no duda en cometer las peores atrocidades con tal de curarla en su enfermedad. Por último tenemos la magistral Daredevil: The Man Without Fear (trazada por un inmejorable John Romita Jr.), miniserie de 5 números, publicada entre los años 1993-1994, que a manera de Año Uno se encarga de contarnos el origen definitivo del personaje, sus motivaciones para convertirse en combatiente del crimen, y de cómo conoce a Elektra, siendo ella su gran amor de juventud.
 
 

            La miniserie “El hombre sin Miedo”, escrita por Miller hace más de veinte años, viene a cuento porque, el pasado 10 de Abril, se estrenó en Netflix la primera serie en colaboración con Marvel Television: Daredevil. Creada por Drew Goddard, esta serie expande el universo cinematográfico iniciado con los Avengers, pues centra la historia en el barrio de Hell’s Kitchen tras la Batalla de Nueva York. Esta primera temporada de 13 episodios, ¾que ya fueron vistos en su totalidad por quien escribe esta reseña, se previene al lector de los inminentes spoilers¾, posee muchas similitudes con la obra de Miller, y en particular con la miniserie dibujada por Romita Jr. Comenzando por el traje y capucha negros, que vuelven al protagonista más un vigilante urbano que un superhéroe, como el que se vio en la adaptación de 2003 protagonizada por Ben Afleck. Ahora bien, la capucha y el traje negro fueron usados por primera vez en la cinta The trial of the Incredible Hulk (1989); pero en esta nueva serie cobran mayor relevancia, pues dotan al protagonista de un sentido más realista tanto en sus motivaciones como en el desarrollo de sus capacidades para combatir el crimen.     
 
 

            Nos encontramos con los recién graduados en derecho, Franklin “Foggy” Nelson y Matt Murdock, que acaban de abrir su oficina de defensa legal en el barrio de Hell’s Kitchen, y el primer caso que atienden es el presunto asesinato cometido por la secretaria Karen Page. En realidad es una trampa para desacreditar a Page quién descubre transacciones fraudulentas en su empresa. Todo ha sido orquestado por la organización criminal liderada por un “jefe innombrable” (Wilson Fisk), quien está a la cabeza de: una facción de la mafia rusa (secuestro, trata de personas y extorsión), triadas chinas (producción de heroína), los yakuza, y el hombre encargado de manejar las cuentas y lavar el dinero, Leland Owlsley.  Murdock es un abogado ciego, de origen irlandés, católico y que quedó huérfano (su padre era el boxeador “Battling” Jack Murdock, asesinado luego de negarse a perder en una pelea arreglada), y que tras el accidente que lo cegó desarrolla un aumento de percepción en sus cuatro sentidos restantes, así como una especie de sentido radar que compensa su falta de visión. Es entrenado por el anciano, también ciego, Stick, en el uso de sus sentidos aumentados así como en habilidades de combate.

            Lo interesante de esta nueva propuesta es la frescura con que presentan la historia, lo bien caracterizados que están los actores en sus respectivos roles, y el cómo poco a poco se van integrando los principales elementos que conforman el mito del personaje. Comenzando por Matt Murdock / Daredevil (Charlie Cox), quien realmente nos convence de que su personaje es ciego, y además vive un conflicto entre su noción de la justicia obtenida por la vía legal, y el salir a la calle por las noches a defender a los débiles a través de la violencia, jugando en esto un papel preponderante sus creencias religiosas. En el otro extremo esta Wilson Fisk (Vincent D’ Onofrio), personaje antagónico que se obsesiona con querer salvar a Hell’s Kitchen de la podredumbre que la corroe, si bien para ello debe hacer uso de la fuerza y todos los recursos obtenidos ilícitamente a su disposición, y además aparece como un ser sensible, casi un niño, dotado de una desbordante capacidad para amar, que encuentra su cauce en la figura de Vanessa Mariana, y al mismo tiempo con la capacidad de causar el mayor daño a quien se interponga en su camino. Un villano que por momentos nos produce empatía.



            Llena de instantes memorables y acción trepidante, esta propuesta de Netflix, se antoja un paso adelante que bebe y aprende lo ya realizado por Christopher Nolan en su trilogía del “Caballero Oscuro”. Detalles como la inclusión de Claire (Rosario Dawson), primer interés amoroso de Matt en la serie, y un claro guiño a la “enfermera nocturna”, que llegará a curar las heridas sufridas en batalla por el enmascarado, y que al no conocer su nombre lo llamará “Mike” (claro giño a los fans que sabrán entender la referencia). O personajes como Leland Owlsley, the Turk o Ben Urich, recurrentes en el universo de Daredevil; la inclusión de Stick en el capítulo 7, o el combate con un ninja de La Mano (pelea que lo llevará a convalecer más de dos episodios); la inclusión de Melvin Potter como el sastre encargado de realizar el característico traje rojo (además en su taller vemos varios guiños a Gladiator); así como la mención de cierta chica griega que conoció Matt en la universidad y por la que aprendió a hablar Español.

            Serie altamente recomendable. Por cierto, el final de la temporada los dejará sin aliento, pues se preguntarán ¿y ahora qué sigue? El nacimiento de una leyenda.
 
 
J. S. Cainiz
 

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